Estética

Animación

Estéticamente, la animación del estudio palpita con una vida única, alejada en realidad tanto de Disney como del anime típico. Hasta cuando el director Miyazaki anima maquinaria, como en El castillo en el cielo o Porco Rosso, parecen ser máquinas que respiran y palpitan. Nausicaä es por eso un extraño engendro visual donde los bulbos y los hongos tienen tanta importancia como los robots, y las carnosas estructuras vegetales tanta como la tecnología punta. Todo eso, de algún modo, se refleja en una animación viva y que respira. El mensaje entra en conexión con la técnica de un modo ciertamente único y que, posiblemente por esa razón, es capaz de conectar con un público internacional, afín al cine de animación japonés, al americano… o a ninguno de ellos en especial.

Toda la producción de Miyazaki es asombrosamente bella, cada escena de sus películas es una obra de arte enmarcada en escenarios extremadamente detallados y animaciones exquisitas, cada fotograma parece algo nuevo que no se ha visto nunca y cada color se antoja el resultado de horas de debate. Sus películas limitan en exceso el uso del CGI porque prefieren el pulso del dibujante.

Arquitectura de El Viaje de Chihiro
El Viaje de Chihiro
Arquitectura de Nausicaa del Valle del Viento
Nausicaä del Valle del Viento

Más allá del virtuosismo estético, donde realmente destaca Miyazaki es en su modo de mostrar la belleza imperceptible, aquella que reside en los detalles más humanos, la que convierte la experiencia en realismo y emoción. En su cine los personajes esquivan la caricatura hiperbólica clásica del anime y se mueven como si estuvieran vivos, no como si simulasen estarlo: tropiezan al caminar, se chupan el dedo, se calzan los zapatos con delicadeza, devoran alimentos con dedicación, se cobijan del viento y dedican muchísimo tiempo a decenas de tareas mundanas y naturales, a detalles que desprenden humanidad, que el cine prefiere olvidar a favor del ritmo. Tampoco las secuencias más sosegadas se avergüenzan de serlo y existen momentos de contemplación en la parada del bus, silencios extensos y escenas en las que lo único que ocurre es el aleteo de una mariposa, porque las emociones no siempre entienden de cadencia cinematográfica y sí de experiencias cercanas. El mundo de Ghibli es mágico pero realista, como aquel trayecto en tren de Chihiro. Mi vecino Totoro es una tarde de verano y Ponyo en el acantilado, un chapuzón de la infancia.

Gastronomía

La comida se convierte en un elemento crucial en la trama de las obras de animación creadas por el estudio japonés de culto Studio Ghibli. A través de sus secuencias, la gastronomía se escenifica de manera hedonista, hechizando a todos los espectadores a través de festines épicos de gelatina, asados de cerdo, montones de fruta fresca, onigiris de aspecto real, cajas bento e incluso desayunos fritos cocinados por demonios.

En este sentido, más allá de sus adorables personajes y su atmósfera suspendida en la belleza y en los cuentos de hadas, una de las características de clásicos de la ficción como “El viaje de Chihiro” o “Mi Vecino Totoro” es su comida ilustrada y/o sus creaciones culinarias que han cautivado a todo el fandom de cinéfilos que orbita su universo de anime. Pero, ¿cómo han conseguido generar ese profundo efecto en los espectadores?

Plato de pescado al horno en Kiki Entregas a Domicilio
Kiki: Entregas a Domicilio
Desayuno en El Increíble Castillo Vagabundo
El Increíble Castillo Vagabundo
Plato de Ramen en Ponyo y el Secreto de la Sirenita
Ponyo y el Secreto de la Sirenita

El estudio descifró en internet el enigma en torno a por qué sus comidas lucían tan tentadoras y deliciosas. Y es que, sus platos se inspiran en las comidas que el director del estudio prepara en la vida real. Así lo reveló el productor Toshio Suzuki en Twitter, aclarando que todas las opciones de comida que se ven en pantalla, ya sea el pastel de arenque, las tartas, el ramen o la leche con miel de Ponyo, estaban inspiradas en las deliciosas comidas que ha cocinado o probado el propio creador y animador Hayao Miyazaki.

Miyazaki proyecta entonces todo un lenguaje visual a través de la exploración creativa gastronómica, con animaciones y comidas con las que expresa emociones como el dramatismo o la alegría en sus películas. Ilustraciones con las que genera impresiones a partir de alimentos aún calientes, suaves y tiernos de aspecto delicioso que sus personajes disfrutan en diferentes ambientes encantadores.

Así, en el mundo mágico de Studio Ghibli la comida se erige como una de las grandes señas de identidad con las que ha traspasado la pantalla, trascendiendo e inspirando incluso la creación de su propia exposición en el Museo Ghibli en 2017

Temáticas

Crecer

Puede considerarse uno de los temas primordiales del cine de Ghibli. Más allá de un mero retrato de esa etapa complicada que es la última infancia, Ghibli se enfrenta a menudo a unas reflexiones mucho más complejas acerca de las primeras etapas en la vida del ser humano.

Es un tema presente en casi todo el cine de la productora, pero podemos verlo brillar especialmente en películas como Nicky, la aprendiz de bruja, en la que una hechicera adolescente que, como todas las de su gremio, debe pasar un año poniendo a prueba sus poderes al servicio de una comunidad. Kiki (o Nicky) monta un servicio de mensajería aéreo, pero cuando sus esfuerzos no son del todo percibidos, empieza a perder sus poderes. Temas como los bloqueos ante los desafíos laborales o la lucha contra la depresión, temas muy poco infantiles en definitiva, se tratan en esta película.

Kiki la bruja sobre su escoba junto a Jiji y sus gatitos
Kiki: Entregas a Domicilio
Shizuku reposada sobre la pared hablando con Seiji
Susurros del Corazón
Rikako y Taku con el mar de fondo
Puedo Escuchar el Mar

Otra producción que aborda el paso a la vida adulta es "Puedo escuchar el mar", una no muy conocida producción para televisión en la que, por una vez, el protagonista es masculino y se enfrenta a un peculiar triángulo amoroso con una amiga de toda la vida y una chica recién llegada a su aldea después de que él haya pasado un año en la universidad. La aproximación de Ghibli a las no-tan-intrascendentes relaciones amorosas que marcan la post-adolescencia la convierte en una película inusualmente grave para la productora.

Susurros del corazón es algo más despreocupada, pero también trata el tema del romance adolescente, y cómo eso hace madurar a los personajes, que se dan cuenta de la importancia de relativizar obligaciones laborales y académicas cuando los sentimientos salen a flote. Susurros del corazón también lanza un peculiar mensaje acerca de cómo cada adolescente debe encontrar una forma única y personal de convertirse en adulto. (Y de cómo deben hacerlo de forma independiente, sin depender unos de otro, lo que enlaza con el feminismo propio de Ghibli).

Independencia de los personajes femeninos

Se ha comparado a Disney con el cine del estudio Ghibli en multitud de ocasiones, pero quizás es en su tratamiento de las protagonistas femeninas donde más se diferencian.

Cuando Disney aún explotaba el concepto de las Princesas Disney, Miyazaki y Ghibli proponían su propia visión de la feminidad. Una feminidad independiente, con el grado justo de agresividad (el mismo que se le supone a los héroes masculinos, ni más ni menos) y una plasmación gráfica completamente alejada del erotismo asilvestrado que tantas veces se da por supuesto en el cine de aventuras y acción con personajes femeninos.

El caso más claro es el de La princesa Mononoke, una película que propuso una representación del personaje femenino protagonista, San, absolutamente revolucionario para los estándares de la época, y que hoy sigue dejando notar su influencia en películas actuales. San intenta defender el bosque de los nocivos humanos (La princesa Mononoke es, también, una de las películas de corazón más ecologista del cine de Ghibli y Miyazaki, como veremos) y conoce a un humano, Ashitaka, con el que corre distintas aventuras.

Princesa Mononoke arriba del Lobo
La Princesa Mononoke
Arrietty arreglándose el pelo
Arriety y el Mundo de los Diminutos

Y aunque las situaciones lo propician, nunca veremos a San en una posición de “damisela en peligro” o se planteará una situación romántica con su nuevo compañero: su independencia y talante para tomar decisiones por sí misma son revolucionarias para el cine de animación.

Otro caso notable es el de Arrietty, protagonista de 14 años de Arrietty y el mundo de los diminutos: un minúsculo ser de apenas unos centímetros que vive con su familia bajo una casa humana. Iniciará una peculiar relación con un niño enfermo que vive allí (y de tamaño normal), a veces incluso con peculiares y muy subrepticios momentos de saludable erotismo adolescente, siempre cargado, sin ánimo explotativo, en la parte femenina de la relación.

La naturaleza y ecología

El tópico que más destaca es el trato de la naturaleza y la ecología, debido a que es uno de los problemas actuales que más preocupan al fundador y el cual ha querido transmitir en los filmes a través del humanismo y la violencia entre el mundo natural y el civilizado, como se aprecian en los filmes Nausicaä del Valle del Viento (1984), La princesa Mononoke o Mi vecino Totoro (1988).

En Nausicaä del Valle del Viento, considerada por muchos la mejor película de Miyazaki, nos adentramos en un mundo futuro donde la humanidad sobrevive a duras penas en un bosque contaminado con gases tóxicos e insectos gigantes que, no lo olvidemos, también son seres vivos. El enemigo común de insectos y humanos, la contaminación y la ambición ultratecnificada, se convertirán en el móvil de esta película protagonizada, como no, por una joven decidida e independiente. Una película en la que, extrañamente para Miyazaki, se recurre al post-apocalipsis para advertir de la amenaza de no cuidar a nuestro planeta, un terror que no llega a hacerse tangible si no es como fantasma ominoso en otras películas.

La naturaleza en Arrietty y el mundo de los diminutos
Arriety y el Mundo de los Diminutos
La naturaleza en El Increíble Castillo Vagabundo
El Increíble Castillo Vagabundo
La naturaleza en El Castillo en el Cielo
El Castillo en el Cielo

Según Miyazaki, la principal característica de Studio Ghibli es su forma de retratar la naturaleza, una naturaleza que no se subordina a las personas ni a los personajes: “Las relaciones humanas no son lo único interesante; todos los elementos del mundo encierran belleza: el paisaje, el clima, el tiempo, la luz, la vegetación, el agua, el viento… Supongo que la clave de nuestra obra es el esfuerzo por incluir esos elementos en la mayor medida posible”

La otra cara del mensaje ecologista de Miyazaki está en películas que muestran la cara atractiva, romántica y amable de una sociedad en paz y sin tecnificar (de ahí que Nausicaä sea una relativa rareza). Ghibli lanza una idea: con sus conflictos y sus problemas, ¿no son más atractivos mundos asilvestrados y donde cientos de especies conviven en una especie de respeto mutuo como los de Mononoke? Pues con más razón serán aún más atractivos los mundos de Ponyo en el acantilado, El viaje de Chihiro o, sobre todo, Mi vecino Totoro, otra de las películas más personales y memorables del estudio.