Producción
Técnicas
Studio Ghibli es de los estudios de animación que se han mantenido fieles a la animación tradicional en 2D. Es decir, Hayao Miyazaki y todo su equipo realizan las producciones mediante la técnica de dibujo a mano que no trabaja con ordenadores para generar movimientos entre los diferentes elementos.
Aunque en ocasiones utilizan medios digitales para generar entornos con movimiento de cámara tridimensional o diferentes efectos, el grueso de sus producciones es dibujado y elaborado en mayor parte a mano.
Tal y como el fundador ha explicado en entrevistas, el punto de inicio para realizar todos los proyectos son ideas personales,inspiraciones de otros autores e incluso adaptaciones de obras poco conocidas como en Majo no Takkyūbin (1989) que puestas en común dan paso a una idea general sobre la cual todo el equipo trabajará. Cuando Hayao Miyazaki dirige, a diferencia de otros directores de animación, no basa en desarrollo de sus películas en un guion previamente escrito en base al cual se trabajará y crearán sus fotogramas, sino que con la idea original, el director comienza a crear escenarios, personajes o situaciones relevantes con una idea en su cabeza que va uniendo hasta concluir la obra en el proceso de storyboard. Esto ha provocado que algunos trabajadores del estudio han confesado que en ocasiones desconocían lo que estaba sucediendo en la película en la que estaban trabajando hasta que el proceso de guion gráfico no finaliza.
Cada película, dependiendo de su duración y fluidez de movimiento está compuesto por una cantidad diferente de acetatos; por ejemplo, en una de sus producciones, Puedo escuchar el mar (1993), la animación está compuesta por tan solo 25.530 dibujos, ya que fue una producción dirigida a televisión, y en cambio, para uno de sus filmes más conocidos por su fluidez en el movimiento, Gake no ue no Ponyo (2008), tuvieron que realizarse un total de 170.653.
El hecho de que la gran mayoría de sus producciones estén realizadas a papel y de forma artesanal, hace que su complejidad sea muy alta, pero sobre todo, su tiempo de realización suele ser muy extenso porque el montaje de creación de un movimiento fluido de forma tradicional es un proceso largo y tedioso. Para crear una toma de tan solo 30 segundos en la película El viento se levanta (2013), se necesitaron más un año y tres meses de trabajo. La producción más larga de una película de animación realizada por el estudio fue la de El chico y la garza (2023), en la cual el estudio trabajó durante más de siete años. En la película también colaboraron con otros famosos estudios del mundo de la animación japonesa y trabajaron en ella tanto animadores muy veteranos de Ghibli, como recién llegados. Según Suzuki esta fue, además, la película más cara jamás producida en Japón.
Durante todo el proceso de producción, los artistas del estudio dibujan y pintan detalladamente cada una de las escenas que componen el film, ya que cada frame es detallado y perfeccionado como si de una obra de arte se tratase. Además, el mismo Hayao Miyazaki explica que cada elemento que aparece en sus dibujos tiene un propósito y fin en su aparición, hecho visible en el uso recurrente de planos generales en sus películas, llenos de elementos y personajes.
Cada director del estudio tiene un estilo propio y una forma distinta de elaborar sus películas, pero todos los trabajadores del estudio tienen en común las enseñanzas y fórmulas creativas que asentaron Takahata y Miyazaki, los fundadores de Ghibli.
Música
¿Es posible imaginar el cine sin música? Las mejores producciones y las historias más atractivas de la gran pantalla tienen al menos un protagonista central: la banda sonora. Es la simbiosis de imagen y sonido lo que da vida a la acción, inspira la imaginación y, en última instancia, nos arrastra.
Joe Hisaishi es el encargado de las bandas sonoras que escuchamos en la mayoría de películas de Studio Ghibli, especificamente las que son dirigidas por Hayao Miyazaki.
La música clásica, y en particular la minimalista, desempeñó un papel importante en la obra de Hisaishi.
La primera colaboración entre Hisaishi y Miyazaki se remonta a 1983, con la película de animación Nausicaä del Valle del Viento, que se estrenó incluso antes de que se fundara el estudio dos años después, gracias al éxito de Nausicaä. Desde entonces, los dos artistas han sido inseparables. Tras las primeras películas, como El castillo en el cielo (1985), Mi vecino Totoro (1988) y Kiki - Entregas a domicilio (1989), en la década de 1990, el Studio Ghibli (así como el cine japonés en general) comenzó a exportarse más allá de las fronteras de Japón con obras como Porco Rosso (1992), La princesa Mononoke (1997) y El viaje de Chihiro (2001). La alternativa japonesa a Disney se ha consolidado no solo en el cine, sino también en la música: Hisaishi es comparado habitualmente con John Williams o Hans Zimmer. El propio Miyazaki atribuye una importante contribución al éxito de Studio Ghibli a las bandas sonoras de Hisaishi.
Sin embargo, Hisaishi no es el único compositor de Studio Ghibli, podemos encontrar artistas como: Satoshi Takebe, Tamiya Terashima, Yuji Nomi y demás.
A continuación te dejamos una lista de grandes canciones del Studio Ghibli que te van a relajar y llenar de nostalgia: